Tener un comercio online, una ‘tienda en Internet’ es relativamente sencillo, mantenerla y saber sacar el máximo partido y productividad es una tarea constante, y hacerlo bien es definitivo para su éxito.
Desde el punto de vista legal es posible hacerlo como autónomo, con una Sociedad Civil Privada y estableciendo determinadas pautas en un contrato privado de colaboración en caso de hacerlo con un socio, o bien como Sociedad Anónima, o como Sociedad de Responsabilidad Limitada. En cualquier casos es imprescindible ser autónomo… y la forma legal escogida se decidirá principalmente en base a la facturación y volumen de negocio.
La Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y el Comercio Electrónico es quien regula las obligaciones de un comercio en Internet, aquí os recordamos algunas de ellas que aún siendo obvias no siempre se cumplen:
– Incluir en la tienda online los datos como el nombre o denominación social, los datos de contacto, el número de inscripción en el registro del negocio y el NIF.
– Debemos también mostrar en lugar visible los precios de los productos y si los impuestos están o no incluidos, los gastos de envío, plazos de entrega, y otros datos relacionados con los productos o servicios que se venden a través de la tienda online.
– Es necesario también ofrecer información precisa sobre la Política de Cookies, es decir, qué tipo de datos se recogen sobre el usuario y su navegación por el comercio electrónico, y qué tratamiento se les da. Esta misma Política de Cookies, además, debe ser aceptada por parte del usuario que navega por la tienda online.
Todos los datos deberán estar claros y actualizados en un lugar accesible en nuestro sitio Web.
Lógicamente la falta de esta información en un sitio web nos puede dar indicios suficientes para desconfiar.
